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El té: la bebida secreta de los chinos llega a Europa.

por | Historia, Transporte

¿Sabes cuando llega el consumo de té a Europa? Aquí te lo contamos.

Se desconoce si fueron los holandeses o los portugueses los primeros en traer té a Europa a principios del siglo XVII. Ambas naciones mantenían relaciones comerciales con China, los portugueses desde su base de Macao en la costa china, y los holandeses desde su colonia en la isla de Java. Se comerciaba con sedas, porcelanas y especias, pero muy pronto se incluyó el té entre los preciados productos que llenaban sus barcos. Los portugueses desembarcaban el té de China en Lisboa y desde allí la Compañía Holandesa de las Indias Orientales transportaba los productos a Holanda, Francia y los puertos bálticos.

En Holanda la popularidad del té creció enormemente desde el inicio de las exportaciones. Y en Francia, Madame de Sévigné describía por carta como tomaba el té con leche y explicaba que Racine bebía té con el desayuno: las nuevas costumbres de la aristocracia. Sin embargo, a finales del XVII el gran competidor del té, el café, se había convertido en la bebida más popular en Francia y los estados alemanes y el mercado del té solo crecía en Rusia y en Inglaterra.

A Rusia, el té había llegado como regalo de la corte china al zar Alexis en 1618. Poco después un gran acuerdo comercial inició el tráfico regular: caravanas de 200 a 300 camellos salían de Rusia cargados de pieles y se intercambiaban por té en China. Cada camello cargaba cuatro cajas de té (entre 250 y 270 kg) y el retorno a Rusia era lento, entre 16 y 18 meses.

El caravanero era té negro ahumado, muy al gusto de los consumidores rusos y fácil de conservar durante las duras condiciones del viaje. A finales del XVIII los rusos bebían el té transportado en 6.000 camellos al año. La construcción del tren transiberiano a principios del siglo XX acabó con las caravanas, permitiendo que porcelana, seda y té chino llegasen a Rusia en solo una semanas.

En 1658 los periódicos de Londres anunciaban: La excelente bebida de china, aprobada por todos los médicos y llamada Tcha por los chinos, Tay por otras naciones, o más conocida por Té, de venta en Sultaness Head, café situado en Sweetings Rents, Londres”. Unos años después el rey Carlos II se casó con Catalina de Braganza, portuguesa y declarada consumidora de té, que impuso en la corte la moda de tomar el té.

Aunque cara, la bebida se popularizó rápidamente. Las señoras disfrutaban del té en casa y los caballeros en los cafés donde se discutía de política y se acordaban precios de productos llegados de todo el mundo. De esos cafés surgieron compañías de seguros, periódicos y hasta la bolsa de cotizaciones en Londres.

Durante el siglo XVIII el té competía con bebidas como la cerveza y la ginebra y surgió un nuevo tipo de lugar de consumo, el jardín de té, donde se servía la bebida a todo tipo de clientes y se ofrecían espectáculos como conciertos, bailes, juegos.

 

¿Quieres saber más sobre la extensión del consumo de té en Europa? Te lo seguiremos contando en futuras publicaciones.

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