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Hay una quietud especial en el aire cuando llega el otoño. El sol baja antes, la luz se vuelve dorada y el aroma de las calles cambia: castañas asadas, tierra húmeda, dulces de almendra, hojas secas. Es la estación de la introspección y del abrigo, la época en que el cuerpo pide calma y el alma busca refugio.

Y pocas cosas reconfortan tanto como una taza de té humeante entre las manos.
El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, marca el momento simbólico en que el otoño se asienta de verdad. Más allá de su sentido religioso, es una fecha profundamente ligada a la memoria y a los vínculos: visitamos a quienes ya no están, compartimos mesa con la familia y evocamos tradiciones que pasan de generación en generación.

En muchas casas, ese día se enciende el fuego, se hornea, se conversa despacio… y se comparte una bebida caliente que invita a recordar y a sentir.
En NamasTé creemos que el té —y también el rooibos— tiene precisamente ese poder: unir, reconfortar y conectar.

Tés y rooibos sabores otoñales NamasTé Infusiones

El otoño en la taza: cuando el té se vuelve sensorial

El té de otoño no es un té ligero. Es un té que tiene cuerpo, que envuelve, que huele a cocina y a madera. Los días fríos invitan a buscar sabores más densos, dulces o tostados, con matices de frutos secos, especias o frutas horneadas.

Son tés que no solo calientan el cuerpo, sino que despiertan la memoria sensorial: la infancia, la casa familiar, las tardes de lluvia.

Por eso, en esta época, las mezclas con almendra, calabaza, manzana, canela, vainilla o nuez cobran protagonismo. Ingredientes cálidos y reconfortantes que transforman cada sorbo en una caricia.

En NamasTé, hemos seleccionado algunas de nuestras mezclas más otoñales, pensadas precisamente para esos momentos en que el té se convierte en ritual.

Mezclas de Té perfectas para Otoño NamasTé Infusiones

Calabaza y cúrcuma: el color dorado del otoño

El otoño huele a calabaza. Y nuestra Mezcla de Té Negro con Calabaza y Cúrcuma captura a la perfección esa esencia dorada de la estación.

El té negro de base aporta fuerza y profundidad; la calabaza, la manzana y la almendra añaden dulzura y textura; y la cúrcuma, con su tono terroso y especiado, cierra la mezcla con un matiz cálido y ligeramente exótico. El resultado es una infusión intensa, ideal para disfrutar sola o con un toque de bebida vegetal, que realza su carácter cremoso y su perfil de postre horneado.

Para quienes prefieren evitar la teína, existe una versión igualmente deliciosa: el Rooibos con Calabaza y Cúrcuma, con trozos de calabaza, manzana, almendra, mango y raíz de cúrcuma. Su aroma es profundamente acogedor, su sabor suave y redondo. Perfecto para las noches frías o para compartir tras la cena familiar del 1 de noviembre.

Ambas versiones —té o rooibos— son el equivalente líquido de una tarde en casa viendo llover: cálidas, aromáticas y reconfortantes.

Té Negro con Calabaza y Cúrcuma NamasTé

Té Negro Tatin: un homenaje a los sabores de horno

Hay mezclas que huelen a hogar, y una de ellas es nuestro Té Negro Tatín. Inspirado en el clásico pastel francés, combina té negro de Ceilán, manzana, canela, vainilla, membrillo, pasas, naranja y rosa entera.

Su perfil aromático es dulce y profundo, con notas de compota de manzana y caramelo tostado. Cada sorbo recuerda a una merienda de domingo, a los dulces de Todos los Santos y al calor del horno encendido.

Te recomendamos disfrutarlo con leche o bebida vegetal, que realza su textura cremosa y su carácter de postre. También es una excelente opción para acompañar panellets, buñuelos o un trozo de bizcocho casero.

Té Negro Tatín NamasTé Infusiones

Ponche de almendras: el sabor que une generaciones

Entre los aromas más evocadores del otoño está el de la almendra. En NamasTé lo celebramos con dos mezclas que son pura tradición: el Té Negro Ponche de Almendras y su versión sin teína, el Rooibos Ponche de Almendras.

El primero combina té negro de Ceilán, almendra, manzana, canela, vainilla y un toque de esencia de ron, ofreciendo una infusión intensa, golosa y con cuerpo. Su perfume recuerda a los postres de las abuelas, al mazapán y a los dulces de Todos los Santos. Ideal para tomar con leche o con una bebida vegetal de almendra, que refuerza sus notas cremosas.

El Rooibos Ponche de Almendras, por su parte, es una infusión naturalmente dulce y envolvente, perfecta para disfrutar en familia o al anochecer.

Con su base suave de rooibos y la presencia generosa de almendra, manzana, canela y vainilla, ofrece una sensación de calidez inmediata, casi de hogar. Un sorbo de calma que no necesita azúcar añadido.

Ponche de almendras en infusión NamasTé

El valor simbólico del té compartido

En una fecha como el 1 de noviembre, el té adquiere un significado especial. No es solo una bebida, sino un acto de conexión. Preparar una tetera y compartirla es un gesto que une generaciones: padres, hijos, abuelos, amigos.

Mientras el vapor asciende y el aroma llena la habitación, el tiempo parece detenerse. El té invita al silencio, a la conversación pausada, a la memoria.

Es, en cierto modo, una forma sencilla de honrar lo que perdura: los vínculos, los recuerdos y los sabores que acompañan nuestras vidas.

El otoño, con su melancolía luminosa, nos recuerda precisamente eso: la belleza de lo efímero y la importancia de disfrutar los momentos lentos. Y el té, con su calidez y su simbolismo universal, se convierte en el compañero perfecto para celebrarlo.

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